„La peor experiencia personal fueron los arrestos“
Pil falleció el 13 de agosto de 2021. Con él se nos fue un gran amigo.
Hablamos con él en abril 2021.
* 01.02.1959 – † 13.08.2021
Sin Los Violadores no habría punk en Argentina. Punto. Sin su cantante, Enrique 'Pil' Chalar no habría Argentina para Toten Hosen. Punto.
Para 1978, Pedro Braun (Hari B) y Sergio Gramática armaron el primer grupo punk argentino: Los Testículos, muy pronto renombrados ‘Los Violadores’. Plena dictadura militar. El punk se convirtió pronto en un ghetto marginal dónde la inconciencia del peligro hacía que fueran pocos, pero atrevidos, y dispuestos a todo. De a poco, el juego se iba armando con cada vez más participantes. Tras más de dos años el grupo suma en 1981 al primer bajista que le daría estabilidad: Gustavo Fossa (Stuka). En uno de sus primeros shows es cuándo Enrique Chalar ve al grupo y se transforma en Pil. El resto es historia: varios discos más, el éxito, Pilsen como su segunda banda (y la aún actual), reunión de Los Violadores mediante.
Toda historia siempre es mejor contada por sus propios protagonistas. Con Uds., Pil versión 2021 desde su casa en Lima, Perú. Punto final.
¿Por qué y desde cuando te dicen Pil?
Enero de 1981 fui a un show de Los Violadores. Eran un trío que recién comenzaba. Terminamos todos borrachos, me caí a un pozo por una reparación de caños de gas o agua y tenía puesta una campera del grupo Public Image Ltd. No me conocían mucho ni sabían cómo me llamaba y ahí quedó “Pil”. Enseguida entré a la banda, en Febrero. Stuka estaba en Brasil y hubo que esperarlo para ensayar. Cuando jugó Boca con Talleres de Córdoba, el día que debutó Maradona en Boca, no recuerdo si fue ese día o a la otra semana mi primer show. Por ahí andaba Queen también en su gira por Argentina.
¿Cómo era tu vida antes del rock?
Yo era clase media para abajo, clase trabajadora. De chico la pasé fantástico: jugar a los autitos, al scalextric, los juegos de mi época. Recuerdo linda mi infancia. ¿Viste que los psicólogos te hacen buscar las cosas de tu infancia que no te gustan? ¡Yo no las encuentro! Quizás ya las pasé de largo. Mi viejo laburaba en la industria automotriz, en la parte de vidrios, en San Martin, zona norte del conurbano. Y mi vieja era ama de casa y modista, no para afuera sino para la familia. Yo no tenía límites en mi casa, hacía lo que quería: tenía mi televisor, mis cosas: de chico ya empecé a tener mis enciclopedias y mis libros, independientemente de mis papás. No independiente del hecho de irme de mi casa pero si de ser independiente de lo que hacían ellos. Eran personas informadas pero no culturizadas y yo me metí demasiado en la cultura, con lo que los empecé a ver como “bueno, están informados, saben. Pero…” Y busqué otra gente para comunicarme para no chocar con ellos. Me comunicaba por cosas mundanas con mis viejos.
„Yo quería ser músico y no tenía la capacidad. El punk era para el que no sabía, ¡y yo no sabía!“
Pil
¿Cómo descubriste el punk rock y en qué cambió tu vida?
En Diciembre de 1976 una revista argentina “Pelo” puso que era una música extravagante y violenta con nombres como Sex Pistols o Clash en Inglaterra y Ramones en Nueva York. ¡Listo! Yo quería ser músico y no tenía la capacidad. El punk era para el que no sabía, ¡y yo no sabía! Me sentí parte de eso. Estábamos en la peor época de la dictadura. Iban 8, 9 meses de la peor dictadura militar, muy violenta. Dije: “En algún tiempo van a aparecer tipos así acá”. Y en 1978 me enteré que aparecían “Los Testículos”… Yo ya estaba buscando gente con la que poder armar eso mismo.
¿Cómo era ser punk en esas épocas?
La sociedad te rechazaba, la gente te miraba mal, una sociedad reprimida y represora. La vestimenta llamaba la atención, pasabas y todos se daban vuelta. Eso no me importaba, pero la policía no se daba vuelta: te buscaba, te interpelaba, te hacía interrogatorios, te arrestaba, te golpeaba. Era una cosa horrible. Un día fui a comprar ropa al centro y terminé tres días preso en un calabozo donde habría 70 personas, meaba parado, contra la pared, y no te dejaban avisar a nadie. Mi viejo me encontró después él solo, pero salí porque averiguaban que antecedentes policiales tenías. Te dejaban ahí a propósito, con gente de todas las condiciones sociales, sobre todo clase media y baja, pero también me acuerdo que a la noche llevaban gente de lugares como “Mau Mau”, la gran discoteca cheta de la época. Una noche cayó un montón de gente de boliches caros, finos, con sobretodo, con otra ropa.
¿Qué peligros reales corriste vos en primera persona y con el grupo?
Eran constantes las detenciones, repartíamos volantes por la calle y nos dividían “¿De dónde los conocen a estos Violadores?”. Buscaban contradicciones entre nosotros. “¿Quiénes son?” nos preguntaban. Y decíamos: “No sé, el grupo Los Violadores son gente que nos paga, por unas monedas hacemos esto”… La peor experiencia personal fueron los arrestos. En 1981 un show legendario en la Universidad de Belgrano fue lo peor: arrestados, confinados, golpeados; y un juez pasó de casualidad, vio el problema que se suscitó ahí e intervino. No sé qué hubiera pasado si no. Era Capital, un barrio bien como Belgrano era demasiado visible, probablemente en otro lado sin ese juez lo hubiéramos pasado mucho peor.
Nos amenazaban de muerte, nos tuvieron toda una madrugada en el frío de un patio, y al que más le pegaron fue a mi por ser el cantante porque querían saber que cantaba. Pero sirvió. Nos puso una coraza, nos dio más fuerza de seguir adelante.
Así fue constante hasta que los militares dejaron el poder. Y el año 1983 que fue el último año de su gobierno fue durísimo, como si hicieran un gran finale, con detenciones constantemente muy violentas. Sergio Gramática en una semana tres veces estuvo detenido. Te diría que para que un alemán se pueda dar una idea sería quizás como una Berlín oriental pero con la Stasi más violenta y drogada con anfetaminas.
Hace 40 años entraste a Los Violadores, ¿qué viste en ellos que te hizo pensar que eras el cantante ideal para un grupo así?
Cuando los vi eran un trío, después conocí al primer cantante, el único que cantó en un pequeño show, vive en España ahora. Cuando me contaron que existían, yo los buscaba por Belgrano y cuando los vi fue como “Ah, los punks”. Cuando empezamos a hablar ellos tenían un poco de miedo porque yo me había enfrentando a la policía y ya había tenido un problema, una ebriedad, me habían arrestado y había insultado a la policía, con lo cual me habían pegado unos cuantos golpes y me veían como un tipo peligroso pero a la vez interesante. Yo era un pibe, tenía 19 años. Fui a un ensayo de ellos, siendo trío y ya empecé a escuchar las letras y me las quedé grabadas. Dije: “Tengo que entrar en la banda”. Yo había hecho el tema “Represión” con otra banda que tenía otra música medio rockabilly y a ellos les interesaba mucho ese tema. Un día me dijeron de entrar, y entrar era lo que yo estaba esperando para cerrar el grupo. Antes eran un trío y con la inclusión de Stuka la imagen se desmoronaba porque él tenía por moda un sentimiento muy tipo The Police y de bailar. La imagen de Hari B era muy fuerte, el principal de la banda en la imagen era él. Gramática era un tipo que tocaba como los Ramones y sigue tocando igual, como Tommy. Al entrar yo cerraba todo porque mi imagen y escena también era fuerte.
Explica por favor el origen del nombre Los Violadores ¿Qué connotación tenía en la época de la dictadura militar?
No tiene nada que ver con violación como ataque sexual. Es por violar la ley. El nombre Violadores durante la dictadura militar era precisamente eso: violación de la Constitución, la carta magna argentina, en un estado de facto, producto de un golpe de Estado. Para el primer disco compuse una canción llamada “Violadores de la ley” que recién apareció en el cuarto LP donde dejaba en claro que el nombre era por violar la ley.
En 40 años de carrera pudiste tocar y grabar con muchos de tus héroes musicales…
Con Steve Jones (Sex Pistols) fue larga la experiencia porque él trabajó primero en un disco donde grabó dos solos de guitarra y se fue, eso fue el primer disco de Pilsen. Luego ya produjo el segundo disco y estuvo como 20 días en Buenos Aires. Él estaba en un proceso de desintoxicación de la heroína y yo con un problema de adicción al alcohol, la banda eran todos chicos muy chicos y él decía que parecía un kindergarten.
Mucho no le importó la producción, estaba más bien boludeando, pero si tocaban el timbre, se paraba y decía “Son de Sony! Sony”. Ahí se hacía el que trabajaba y se iba a la consola porque venía la discográfica. Cuando veía que algo no le cerraba bien o se hacía muy largo se iba a la mierda. Pero no tomaba una gota de alcohol y comía comida macrobiótica hindú. Si se ponía las pilas y grababa batería, bajo y guitarra cuando veía que un tema no le cerraba bien. Ahí agarraba los instrumentos y los grababa él. Un tema lo hizo todo él, hasta los coros. ¡Y después lo llamo a Paul Cook y éste le dijo “Dale velocidad”! Esas cosas son recuerdos hermosos…
¿Qué tema fue ese?
“Iván fue un comunista” versión rápida. Con Ronald Biggs grabamos para el primer disco de Pilsen en Rio de Janeiro, fue más cortito: borrachera, joda, fiesta por los 30 años del robo, gente de todo el mundo, descontrol absoluto, descontrol carioca, pero carioca-europeo. TV Smith fue rápido, grabamos “Immortal rich” en una colaboración hermosa que luego la tocamos en vivo en Alemania. Duncan Reid grabó una entrada de una voz de una canción inspirada en un cuento de J. G. Ballard. UK Subs grabaron “The wild rover” ¡pero Sony perdió las cintas! Me quedó pendiente compartir algo con artistas que admiro como Stiff Little Fingers, The Waterboys y New Model Army, pero es más difícil ya porque estamos todos más grandes y las giras son cortas.
¿Cómo te sentís siendo el principal referente del punk en Argentina?
Eso es un orgullo. Yo vengo de una camada de la primer banda que no era ramonera. Y el punk en Argentina es puro Ramones. Lo nuestro fue siempre más Sex Pistols y The Clash. Estoy contento de ser pionero y se paga el precio, el precio de que vos te tenés que sacrificar por todo, vos abrís el camino y después lo toma otro. Soy pionero pero después hubo más gente.
Había como otro rigor cultural en esa primera camada punk, una disciplina de cultura; por eso empiezan las primeras canciones de geopolítica como “Guerra total”, cosas que otras bandas después no lo tienen.
Hay bandas que le cantan al barrio, al amor, al muchacho que fue preso y salió. Cantan cosas más sencillas, más directas, más de corazón que a mi quizás no me sale eso. En muchos casos llegan a más gente porque son vivencias más cotidianas y yo soy más retorcido para componer.
¿Cómo, cuándo y a través de quién conociste a los Hosen?
Fines de 1988, un chico alemán Michael Reichel trabajaba en el Deutsche Bank en Buenos Aires y venía a ver a los Violadores. Un día me dio unos casetes. El primero que me dio era “Opelgang” y no me gustó mucho, era una banda alemana a la que no le encontraba nada nuevo. Al tiempo me dio “Ein kleines bisschen Horrorschau” y eso me despertó otro interés. Fui a su departamento y no solo eran casetes, ya me dio videos y ahí la banda me gustó más porque les vi una locura y un desparpajo genial.
”El punk era solemne: las casacas de cuero de Ramones, los pantalones militares de The Clash; y estos tipos eran alemanes y se vestían como una banda glam británica de los 70's, cosa que con el punk pegaba y no pegaba. Eran raros: camisas floreadas y llenos de colores. Esas cosas no se veían en una banda punk. Y después tuve CD y empezamos la difusión.“
¿Conocías ya algo de música alemana?
Extrabreit, DAF, Nena, Kraftwerk. También el kraut rock y grupos progresivos como Triumvirat. Siempre pasó algo con los alemanes acá porque venían varios a los shows de Violadores ya en 1981 y nos dejaban casetes, nos hacíamos amigos y conocíamos más bandas. Ellos tenían acceso a cosas a las que nosotros no podíamos llegar.
¿Cuáles eran tus métodos a fines de los ´80s principios de los ´90s para darle difusión a los Hosen cuando eran un grupo desconocido y vos el principal difusor?
Me agarré de hacer una “campaña Hosen”. Dije: “Tenemos que tocar con ellos en Argentina y en Alemania” y me parecía una banda que merecía ser conocida. Los Ramones gustaron porque tienen ese estilo que es algo muy particular de ellos. Y los Hosen también eran muy particulares, eso es lo que yo pensaba. Hay pocas bandas donde uno puede enumerar a todos los músicos, los Clash es una, los Pistols, los Ramones es otra aunque tuvieron cambios, pero los Hosen es otra más donde los mencionas como una alineación de fútbol, porque sacando los bateristas estuvieron siempre los mismos. Empecé a hablar en las notas sobre ellos.
Recuerdo una vez fui a una discoteca y llevé el primer disco de Roten Rosen y yo quería que pasen “Cinderella Baby” pero pasaron “Itsy Bitsy” (el de la bikini) y la gente automáticamente dejó de bailar. Y yo dije “Uf, pucha, que mala impresión”. Je.
Una vez fuimos con Michael a FM Rock & Pop con el Ruso Verea y yo dije que Michael trabajaba con los Hosen, para generar algo, en verdad él era contador del Deutsche Bank, pero dijimos que era el contador de la banda. Y empezamos a hablar y estuvimos dos horas de programa y así se empezó a pasar, a poner y poner.
Antes de los shows poníamos casetes o CDs de ellos. Michael me traía remeras de Alemania. Ellos ya empezaban a mandarnos material para que le demos difusión. Es más, sé que los Hosen en una discoteca de Berlín que se llamaba “Rock Fabrik” pasaron nuestro disco “Mercado Indio” que se los había llevado Michael para que conocieran algo de Argentina.
¿Cuán importante fue el Ruso Verea y la Heavy Rock & Pop en la difusión de la música pesada y de grupos como Ramones y los Hosen?
En la música pesada indudablemente está arriba de todo. Anterior había un programa que se llamaba “Cuero Pesado” en FM por 1984. Pero La Heavy fue fundamental en difundir y lograr que vinieran tantos grupos. Todos los shows desde Ramones a Black Sabbath y los que queramos pensar, fue por ellos. Y con los Hosen fundamentales porque nosotros les dejábamos muchos CD pero ellos los pasaban siempre. Vos escuchabas la Heavy Rock & Pop y decían ‘Los Tito de Once’ porque sonaba parecido a ‘Dai Toten Ousen’, usaban un modismo argentino para meter el nombre como en broma y a la gente le gustaba. Les dieron manija y después ya se ocupó todo el aparato de su productor Daniel Grinbank. Cuando se hace el segundo show, Obras en 1994, ahí se puso ya la gente de Rock & Pop y fue distinto ya. Michael tenía que ver, pero no era lo mismo. Rock & Pop ya hizo el arreglo con Wrangler como auspiciante. En el primer show estábamos juntos Michael, Esteban y yo solos. Ya en el segundo metieron las fauces los de Rock & Pop, la productora… Todo lo que vino después fue mérito del grupo todo lo que lograron en Argentina, meterse a tocar en el River de los Ramones. Nosotros le dimos el primer empujón pero todo lo que vino a posteriori es producto del trabajo de ellos.
¿Cómo se gestó aquel primer show de ellos en 1992 en Halley y por qué tocaste con Pilsen y no con los Violadores?
Los Violadores se habían separado justo antes. El proyecto era para hacerlo con Violadores pero el grupo se separó en el camino. Lo hizo Michael con el apoyo de Esteban Cavanna y yo que invertí algo también. Dejamos a Pilsen parado por 4 meses, vino Steve Jones con Fantasy 7 y no tocamos porque queríamos guardarnos para hacer el primer show post-Violadores junto con el debut de los Hosen. Y así sucedió: Septiembre 11 de 1992. Tuvimos que tocar temas de los Violadores porque no teníamos el disco completo, estábamos empezando a grabar y ahí ellos grabaron en dos canciones: “Caramba, carajo ein Whisky” y “Ella saltó por la ventana”
¿Qué te acordás del show en particular?
El show fue caliente. Lo primero que vi fue a Campino, nos encontramos en la Galería Los Andes en Belgrano, había un lugar que cuando yo era chico se llamaba “El talón de Aquiles” que era una arquería que había ido a los 15, 16 a tomar un Cinzano con una noviecita y tirabas al arco. Y habían hecho un pub en ese lugar y lo primero que encontré fue a Campino con sus pantalones manchados y le dije “Hallo kollegue” que era una palabra alemana que había aprendido de los videos que había visto de ellos. Y ya desde ahí nos cagamos de risa. Drinking, drinking y más drinking. Después fuimos al hotel en Avenida Corrientes y tomamos un té con Andi, recuerdo que estaban con su sonidista, con su roadie Bollocks y también estaba Kiki… Del día del show me acuerdo que se tocó tardísimo, estábamos en el mismo camarín y en el show me metí en “Hier kommt Alex” con Campino a hacer coros, de puro caradura. Pero me impactó el show, y eso que tocaron muchas canciones en inglés porque estaban presentando aún “Learning english lesson one”. Se jugaron a tirar muchos temas en inglés para que los escuchen, para que los capten. Fue potentísimo. Yo lo vi del costado del escenario por lo cual no tengo una percepción de como sonaron para el público sino desde los sidefills y el monitoreo.
Pero si recuerdo que fue un show muy loco y al otro día me contaban que al lugar donde se trepó Campino al techo fue por un caño que eran dos y solo uno estaba bien… si se agarraba del otro caño era una caída de 10 o 12 metros. ¡Lo que podría haber sido eso!
En el ´85 los Violadores tuvieron “Uno, Dos ultraviolento”. Los Hosen, tres años después “Hier kommt Alex”. Pequeña gran coincidencia, dos grandes hits sobre “La Naranja Mecánica”. ¿Qué otras coincidencias encontrás entre tu carrera y la de ellos?
Por edad más o menos estamos cerca, escuchábamos las mismas bandas. Ellos tal vez el punk británico que llegó menos a Argentina: Johnny Moped o Undertones, pero después eran los mismos grupos: Ramones, Pistols, The Clash, UK Subs, Sham 69. Somos contemporáneos y en el mundo vivíamos las mismas cosas. Por eso el libro de Anthony Burguess es fundamental y la película de Stanley Kubrick. Lo leímos y la vimos de un lado y otro del Atlántico, en el norte de Europa o al sur de Sudamérica. Hay dos conceptos quizás en las canciones porque “Alex” es más sobre la computadora humana, y en Los Violadores es más “no queremos que nos transformen” porque el fin de “La naranja mecánica” es ese. Una naranja no puede ser mecánica, tiene únicamente la mecánica de la naturaleza, no puede ser un dispositivo. La palabra en inglés “clockwork” es “engranaje”, algo sujeto no vivo que existe por la creación del hombre, y no puede ser nunca una naranja. Los dos le encontramos la vuelta a la contraposición del título y vimos un mundo como el que hoy en día vivimos, de personas programadas.
¿Cuál crees que es tu canción mas Hosen y por qué?
“Va por mí, va por vos” porque es la más fiestera, porque los Hosen tienen una música subyacente que es muy alemana, y en Sudamérica nos salía algo más anglo. A ellos les sale una música muy de escuela alemana también y a nosotros no nos sale. Nuestra música viene de los negros. La de ellos de Bach y del tirol.
¿Y cuál la canción de los Hosen más Pil y por qué?
“Viva la revolución”. Desde el título que ya está en español. Es una letra metafísica que habla de que no importa tanto la vida y la muerte. La letra en inglés es muy diferente y me identifico mucho con eso de las gestas, como la de Cuba donde unos tipos desde una montaña pueden barrer a una dictadura. Aunque después se genere otra cosa que sea muy parecida a lo que sacaron, me gusta esa idea de la gesta… Tiene guitarras acústicas, por eso hicimos una versión con Los Violadores. Está dentro de un gran álbum como “Opium” y para sobresalir dentro de un gran álbum tiene que ser una gran canción.
En el 2013 los Hosen te invitaron a tocar a Alemania. ¿Cómo recordás aquel viaje?
Tres shows donde nos trataron increíblemente bien todo el tiempo. Compartir show y conocer a Bob Geldof. Conocer cosas que las había visto siempre por fotos, como lo que pudimos ver de Berlín pese a estar menos de un día es hermosa la ciudad. Tocar en un lugar tan increíble como Ferropolis, una factoría de acero convertida en lugar para shows en medio de una isla. Conocer la capital de la Bauhaus. Viajar en los tramway en Düsseldorf y las caminatas por el Rhin. Frankfurt y conocer el centro económico europeo. Bonn, una ciudad hermosa, impresionante el museo de la casa natal de Beethoven, yo leía en el colegio “Nació en 1770 en Bonn” y llegué a estar ahí, fue muy lindo. Re-encontrarnos con Michael Reichel en un pueblo puramente alemán donde todo el mundo hablaba alemán y casi nadie inglés. Esa Alemania profunda e intensa por fuera de las ciudades cosmopolitas donde hay gente de todo el mundo me impactó. Esperamos repetirla. 2022, muchachos: nuevo álbum, nuevo tour, nuevos invitados.
Habiendo visto shows de DTH en Alemania, ¿que diferencias encontraste entre los shows allá y en Argentina?
Los shows son exactamente iguales de parte de la banda porque es siempre el mismo frenesí, la misma intención de la banda y se brindan en todos lados por igual. Seguramente el público argentino es más caliente. La diferencia es que en Alemania el 99% de la gente saben de qué están hablando y en Argentina con suerte el 10% leyó sobre las letras o sabe algo del idioma y el otro 90% tararea o balbucea algo, pero se deja llevar más por la música.
¿Cuáles son tus anécdotas favoritas de las tantas vividas junto a ellos?
Recuerdo mucho a Wölli con quien fumábamos unos cigarrillos Camel durísimos. También una visita de Breiti a mi casa dónde nos tomamos una botella de whisky entera y vinieron unos fans. En 1997 fui a verlos en su show en Rosario, hablamos un momento antes del show y me preguntaron ¿qué tema quería cantar? ¡“Bommerlunder!” Y me mandé a cantarla de cararrota. Yo la había grabado con Pilsen, pero era distinta al tempo de ellos. Ese show fue muy divertido. Me acuerdo que ellos no estaban en un hotel, se habían quedado con el micro afuera del lugar y nos quedamos charlando. El show en “La Rosa” ese mismo año creo que fue la primera vez que fui a verlos como banda. Ese y el de Dr. Jekyll un año antes. Antes siempre había tocado con mis grupos. Recuerdo mucho una cena con ellos en Düsseldorf en un restaurant portugués y una interminable noche en casa de Vom, en el bar que tenía armando en su sótano, una hermosa borrachera.
Tocaste con tus diferentes proyectos junto a los Hosen: desde el ´92 al ´94 con las dos formaciones de Pilsen, 2003 con Los Violadores en el Luna Park, 2012 y 2013 en el Malvinas y en Alemania y en el 2018 con Pilsen nueva formación en el “Hosen fest” ¿como ves en esos casi treinta años la evolución de Die Toten Hosen?
Más que nada, me impacta la evolución en la última década, los dos últimos álbumes.
Ya venían con discos poderosos desde “Horrorschau” a “Opium fürs Volk”, pero “Ballast der Republik” y “Laune der Natur” son obras conceptuales muy bien logradas, de muchísima calidad. Al revés de lo que suele pasarle a las bandas que en un momento empiezan a bajar, ellos tienen una subida de calidad constante. Me parece que se amesetaron en los 2000 con “Zurück zum Glück” e “In aller Stille”, discos para mi medio extraños, un sonido que no parecían ellos. Quizás llevaban demasiado con Jon Caffery de productor ya, siempre fueron in-crescendo pero en un momento quedaron estabilizados. Y en estos últimos 2 discos con Vincent Sorg no sé si son los mejores porque todo es una cuestión de gustos y de tiempos, pero están sin duda entre los mejores.
¿Cuáles son tus libros, películas y discos favoritos?
Cine del ruso Andrei Tarkovski las películas “Stalker” y “La infancia de Iván”. De Kubrick, “La naranja mecánica” y “2001: Odisea del Espacio”, películas impresionantes. John Ford, “The Grapes of Wrath” (Las uvas de la ira), él hizo cine social del mejor, la Nueva York post crack. Es un director que admiro mucho y el único que ganó 4 Oscars: grandes puestas escénicas, cada personaje es un mundo y cada fotograma es una pintura. Los franceses, me gusta Truffaut y “400 golpes”.
¿Libros? Hermann Hesse. “Siddhartha” es el libro más bello y que más veces leí en mi vida. Increíble como un tipo como Hermann Hesse puede ser tan hermético en “El lobo estepario” y en este, tan abierto. Su cosmovisión hindú es hermosísima. De Borges, “El Aleph” y “Ficciones”. Juan Rulfo -de México- con “Pedro Páramo”: un libro de fantasmas, pero no de terror, sino de cómo es el pueblo mexicano del siglo XIX post revolución, post independencia de España, los retazos del mestizaje mexicano. Hay clásicos como Cervantes, Flaubert, Shakespeare, libros como “Madame Bovary” y “La divina comedia” que son los mejores libros de la historia. Cómo yo cada vez tengo más años, los autores que yo leía de chiquito son viejos ya, y ya hay muchos autores más jóvenes que yo y me los pierdo. Entonces me meto más y más en el mundo de los clásicos...
Discos sin dudarlo “Sgt. Pepper” pero más “Revolver” de los Beatles, “Never mind the Bollocks” y “London Calling”, “Fisherman Blues” de The Waterboys sin duda una obra maestra es un compendio de música celta con otras influencias. Y debería decir “Go for it” de Stiff Little Fingers, me parece un discazo ese, muy especial. Me gusta mucha música, desde Ultravox a The Kinks. Todo lo mejor es británico.
¿Cuán importante fue poder volver a reunir a los Violadores en el año 2016?
Fue una aventura. La gente se lo merecía, la gente fue muy emocionante. Me parece que nos faltó un pesto, tendríamos que haber tenido siempre dos guitarras. Tengo una sensación a medias, nunca fui feliz absolutamente, quizás porque tendría que haber sido mejor… ¿y por qué no podría haber sido mejor? De esos pocos shows en tres países distintos hubo uno que fue muy bueno, en el Teatro Vorterix. Los que fueron en lugares más chicos fueron los mejores porque Los Violadores es una banda para 1000 espectadores y no para un estadio ni festivales donde quedamos dispersos.
¿Qué tienen los Violadores que no tenga Pilsen y que tiene Pilsen que no tengan los Violadores?
Los Violadores tienen una elasticidad en la música más rítmica y bailable y esperanzadora, de mover el pié. Pilsen es más rígido, mas esquemático, excepto en el último disco. Yo soy el cantante de ambas bandas y Los Violadores fue la mejor banda de punk rock de Argentina, porque musicalmente fue distinta, tuvo evoluciones en los cambios de álbumes, el mensaje fue bastante interesante y comprometido pero también libertario anárquico, nacido en una sociedad reprimida como la argentina. Pilsen ya es una banda en democracia, es totalmente distinta. Violadores está pasos arriba, pero Pilsen en el último disco tiene también ese vuelo y esas letras.
¿Tus momentos más inolvidables en tu historia con la música?
Yo creo que el primer momento lindo fue lo primero que grabamos en vivo en mayo de 1981, el primer lugar donde empezamos a tocar que era “Le Chevalet”, un restaurant francés que se convertía en un antro punk por la noche. Grabamos un show en dos canales, que este año se va a editar en vinilo.
Después cuando grabamos el primer video en vivo en Palladium en 1986 y se editó en VHS en un video home system de alquiler para la gente, así podíamos entrar en todos los hogares, filmado con varias cámaras pero muy precario grabar con un estudio móvil aún en Argentina. Otro momento gratificante, ya con Pilsen fue llegar a Bolivia, tocar en Cochabamba, un lugar de altura y ver que la gente haga el pogo de su vida. Gratísimo. Cuando tocamos en la plaza de toros de Acho en Lima, Perú; es la plaza más antigua de América -de 1776- dos noches que nos hicieron sentir algo similar a lo que era la beatlemanía. En 1992 tocar dentro del proyecto de Radio Olmos, tocar dentro de una cárcel para los internos fue una experiencia muy intensa. Alemania, Ferropolis también.
Contanos sobre los shows y los proyectos con la Orquesta Típica Fernández Fierro y la fusión que hicieron del punk con el tango.
Eso fue hermoso y hay que seguir haciéndolo. Fueron dos shows en el Xirgu un teatro clásico con butacas en San Telmo. Me encantó poder trabajar con seis cuerdas. Cantar tango, cantar a capella o hacer música de cámara en mi vida jamás lo imaginé. Tenía miedo. Y fue hermoso.
Pilsen tiene un disco nuevo “Carne, tierras y sangre”. Contá del nombre del disco, las canciones que te parecen más importantes y quiénes son los que te acompañan y acompañaron en la banda...
El Tucán Barauskas es el guitarrista que me acompañó en casi todos los discos de Pilsen. Creo que es la persona con quien más temas compuse. Tomy Loiseau fue quien grabó y produjo el disco y lamentablemente falleció justo antes de terminarlo, el llevaba ya seis años en la banda como bajista. Tulio el baterista viene tocando conmigo hace diez años ya. Este Pilsen ya es una banda asentada, esto se parece un poco a cuando Los Violadores teníamos el segundo álbum, que veías que está madurando algo. En este disco se estaba madurando algo pero la vida no lo quiso así y lo interrumpió. Primero el fallecimiento de Tomy que es algo irreparable, y después la pandemia que es una cosa secundaria pero te pisa aún más todavía...
Argentina es un país de oligarquías, un país que económicamente fue y es un modelo británico, dónde los ingleses necesitaban tierras y carne, ganado, entonces depositaron eso en el sur de Sudamérica, con pampas, con terrenos adecuados, por eso hicieron una red ferroviaria para salir al puerto rápidamente, por eso tantos miles de británicos fueron a vivir a la Argentina, algunas personas como institutrices, maestras que enseñaban a toda una clase oligárquica que son los que desde esa época. Desde el siglo XIX tienen el poder en Argentina y no lo quieren soltar; a veces llegan democráticamente o son la oposición en otro momento. Han estado con la tradición de la iglesia y el ejército. El concepto del primer tema del disco – el que le da nombre - es ése:
Después hay de todo, una paleta de colores: canciones que hablan sobre los celulares y la sujeción de las personas a la tecnología, otra contra la mega minería, los agrotóxicos y los cultivos transgénicos, hay otra yendo a la Pachamama -la madre tierra- con músicos folclóricos locales. Es variado, fuerte y es fresco. Es un disco redondito, de los mejores que yo grabé y de los que más disfruté haciendo. Un disco de los que marcan que algo importante está pasando.
Hace poco participaste de una canción en homenaje a Tomy que hicieron una versión de “Flores rojas” - la canción que él le había escrito a Joe Strummer, donde también participó Vom…
Tomy era una de las mejores personas que conocí en mi vida: abierto, cero chismoso, un tipo compañero, trabajador, buena persona, noble, familiero. No le podías encontrar algo malo. Solo la porquería de que fumaba tabaco como bestia y era su adicción eso. El último show que hice fue a fines de Julio de 2019 porque dijimos “hasta que no esté el disco nuevo, no volvemos a tocar”. Y ya no volvimos a tocar. El disco fue un trabajo hermoso, de meses y viajes míos a Argentina desde Perú. Y lo voy a agradecer siempre que Tomy trabajó hasta el último día de su vida en el proyecto. El disco lo grabó en su estudio en su casa. Cuando surgió trabajar en su homenaje no quise ir a un estudio y decidí grabarlo en mi casa con una tableta y los celulares, y así lo hice. Quizás vibra un poco, pero fue una forma de sentirlo tal como fue para Tomy el disco, hacer un sacrificio por grabarlo, para poder meterme muy adentro y solo. Probablemente lo pueda reformar si eso se edita o lo pueda regrabar, pero me gusta como esta así, como está el video, me filmé yo mismo también. Dije: “Lo voy a hacer todo yo” y eso lo hizo más emotivo. Toda la gente que se reunió para participar tuvo que ver con Tomy y todos lo hicieron de forma sentida, es algo muy emocionante ver a Duncan Reid, Vom y TV Smith. Como no pudimos hacer un show en su homenaje hicimos eso. Ya se hace largo el tiempo que él no está y no sé si podremos hacer un show para homenajearlo. Pero sí creo que podremos tocar “Flores rojas” con Pilsen ya como propio, y así mantenerlo presente a través de su música y sus canciones.
¿Cuáles son los planes a futuro del grupo?
“Carne, tierras y sangre” disco va a salir en vinilo pronto, y hay una idea de hacer un EP digital para este 2021 que se va a llamar “Variaciones en rojo y negro” con tres canciones que precisamente hablan de algo rojo y negro: uno en francés “Le rouge et le noir”, “Casa roja” y una versión acústica de “Rojo y negro persa (Por las mil y una noches)” del disco nuevo, que es una letra que habla de Negzzia, una modelo iraní que la obligaron a correr de su país, la querían azotar por posar en lencería y cuándo llegó a Occidente, en Europa la querían prostituir. Ninguna de las dos culturas la respetó como mujer. Terminó en Paris durmiendo en la calle porque era o flagelación o explotación sexual. Ojalá pueda salir en vinilo que es el formato que más se vende hoy y sería más lindo.
Cantás desde 1981. El 2020 fue el primero en 40 años que no pudiste hacer ningún show. Ya sabemos por qué razones. ¿como ves el mundo actualmente y la escena musical a raíz de la pandemia y de las restricciones y problemas que hay tanto en la vida diaria como en la música? ¿Cómo sentís el mantenerse punk con toda esta coyuntura actual?
Me sostengo viendo arte todo el tiempo. Mirando mucho cine, no tanta música, pero el cine es un sostén emocional porque tiene todo: música, imagen, trama, historia, fotogramas, fotografía. Es un sostén en cuanto al arte.
No sé cuando volveremos a tocar, no tengo idea, pero sé que este año vamos a tocar.
El mundo se va a llenar de miserias, así de simple, porque hay países que no pueden aguantar esto, no aguantan las restricciones porque su economía es frágil. Una cosa son países motores de Europa que van a tener que salir a auxiliar a los países que los secundan para mantener una Europa unida. Los países principales -ya sabemos cuáles son- van a tener que aportarle dinero a otros países. En Latinoamérica va a ser muy duro. En Estados Unidos mismo también porque ya se vio que ha sido duro, no solo por los contagios y por los muertos, porque no está preparado el sistema de salud; porque pueden producir drones, cohetes y satélites, pero no pueden producir cosas más básicas de la salud. Va a llegar un momento de mucha miseria, hambre y desocupación; y tiene que haber un replanteo de todo. Si fue por zoonosis, una enfermedad transmitida por animales es porque el hombre fracasó en juntar animales para comerlos, fracasó en la mega minería y destrozó la tierra, fracasó en la agricultura y destrozó los suelos. Se paga un precio por todo esto. En algún momento se iba a pagar: o era una guerra nuclear o este tipo de destrozos. Hay gente que dice “la tierra tiene mucho para ser explotado”. Y no. Un queso podes horadarlo, hacerle un agujero y en un momento el centro va a estar vacio, se va a desmoronar. Eso nos pasa, hoy lo tenemos que ver como sociedad. Tienen que aparecer otro tipo de políticos, con una conciencia ecológica y social real y distinta. Yo entiendo los países como Argentina, los países de Sudamérica, necesitan producir porque tienen pocos productos para ofrecer al mercado y sus productos son extractivos de la tierra y sino hacen eso la gente vive retrasada comparado con los países industriales. Pero esos mismos países industriales son los que tienen que dejar de exigir tanto brote verde y tanta carne.
Se necesita otra planificación mundial. No un nuevo orden porque eso suena al Reich, suena nazi. La tierra es de todos. Ya que se habla tanto de globalización… la globalización es una aculturación. Que todos tengan la misma cultura. Mejor que todos tengan la misma conciencia de vivir en un mundo mejor, ya no tanto por mí, porque si bien me interesa no creo llegaré a verlo pero si por nuestros hijos y las próximas generaciones.